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Mantenimiento de implantes; la clave del éxito

Implantes · Dental System · Prótesis dental ·

Miriam Vivas Lois

Técnico Superior en Higiene Bucodental en la Clínica Dental Dr. Pablo Murillo. Miembro de la sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). Miembro de la Sociedad Española de Odontoestomatología para pacientes con Necesidades Especiales (SEOENE)

Mantenimiento de implantes; la clave del éxito
Debemos crear en nuestra agenda de trabajo, citas de “mantenimiento de implantes”, donde de una forma pautada y organizada, realizaremos cada paso y cada prueba para el control de esos implantes y garantizar así el éxito.

INTRODUCCIÓN

Las rehabilitaciones orales mediante prótesis implantosoportadas son, sin duda, el tratamiento rehabilitador por excelencia de los últimos tiempos. Existen estudios de más de 25 años de seguimiento que nos hablan de la tasa de supervivencia y éxito de este tipo de tratamiento. Sin embargo, cada día nos encontramos en la consulta con más y más casos de mucositis y periimplantitis, la prevalencia que nos dice la literatura científica, se sitúa entre un 4,7 y un 36% de los implantes, dependiendo de los autores que consultemos. Pero si hay algo en lo que todos coinciden, es en que ese porcentaje cada vez es más elevado.

El éxito de un implante no consiste exclusivamente en lograr la correcta inserción entre el implante y el tejido óseo. Se trata de mantener la integridad y la salud de todos los tejidos implicados en el proceso. Por lo que una correcta higiene, formación del paciente, motivación y control, son la clave del éxito para garantizar una vida más longeva de nuestros implantes.

PROTOCOLO DE MANTENIMIENTO DE IMPLANTES

Es importante tener un protocolo establecido para una correcta monitorización del paciente con implantes. Determinar un esquema de tomas de decisiones y establecer el tiempo entre revisiones, son factores claves para economizar el tiempo tan necesario en consulta y de este
modo crear una rutina sencilla de adaptar a todo el equipo de profesionales.

Debemos comenzar con una inspección visual de los tejidos periimplantarios, anotando todos los datos que recogemos en la ficha del paciente:

• Hay que observar la presencia de depósitos, cantidad y localización de estos. Utilizaremos los mismos índices que utilizamos para un diente natural.

• Debemos fijarnos en la mucosa y el tejido conectivo, buscando la presencia del cambio de color, contorno o consistencia de la mucosa, sin olvidar que hay ocasiones en las que existe la presencia de tejido intraalveolar que es más rojizo en estado de salud.

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• Sondaje: La profundidad de sondaje (PD) es el valor más usado tradicionalmente, pero estudios recientes, nos indican que no tiene porqué existir una correlación entre el aumento de la PD y la presencia de mucositis y periimplantitis. No podemos obviar, que además, existen casos en los que realizar un sondaje es desaconsejado o limitado, ya sea por el acceso limitado o por el tipo de prótesis. Tendremos en cuenta también, que el sondaje se ha de realizar con sondas específicas, de plástico o teflón para no dañar la superficie del implante y alterar las relaciones electroquímicas que puedan alterar su compatibilidad. No sondaremos en los tres primeros meses tras las conexión del elemento transmucoso. La presión ejercida debe de ser mínima (15N), ya que se pueden ocasionar daños en el epitelio.

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 Índice de sangrado: El índice de sangrado al sondaje es de vital importancia, ya que en el estado previo a la periimplantitis, la mucositis se caracteriza por una inflamación generalizada de los tejidos periimplantarios, y ante una presión mínima de sondaje, sangran el 100% de las ocasiones.

Control radiográfico: esencial para valorar la pérdida de los tejidos duros. Deberemos usar siempre la técnica de paralización con cono largo, de manera estandarizada, para que las radiografías estén hechas de forma idéntica y poder usarlas como comparativa. Si no aparecen alteraciones, la frecuencia del control radiográfico debería de ser:

1. Al conectar el elemento transmucoso.
2. El día de la colocación de la prótesis.
3. A los 6 meses tras la colocación de la prótesis.
4. Durante los 3 primeros años, anualmente.
5. Cada dos años a partir del tercer año.

La misma importancia que los tejidos periimplantarios, tiene la prótesis. Deberemos observarla buscando fracturas, desgastes o la pérdida de algún elemento; sin olvidarnos de la movilidad, factor muy importante que debe ser tenido en consideración. En el caso de las prótesis
soportadas por varios implantes, es recomendable desmontarlas anualmente, y así poder hacer las pruebas individualmente por implante.

Es fundamental, instruir a los pacientes en unos buenos hábitos de higiene oral. Como profesionales de la salud, deberemos informar a los pacientes tabáquicos, así como a pacientes que tomen bifosfonatos y a pacientes diabéticos descompensados, de los riesgos extras que poseen, ya que el proceso de cicatrización de este “grupo de riesgo” puede verse alterado.

Una buena motivación es aquella que logra que el paciente se comprometa con su higiene. El paciente debe entender que el control de placa es lo único que le va a permitir un estado óptimo de salud en sus implantes. Es obligación del profesional, saber todas las herramientas de las que disponemos hoy día para alcanzar ese objetivo, y comenzar incluso antes de la colocación de implantes:

Reveladores de placa: una manera visual de que el paciente compruebe dónde tiene que incidir más con el cepillado.

Cintas, sedas e hilo dental. Las hay de diferentes grosores y tipos. Existe también una cinta de color negro, donde los pacientes ven claramente los restos de placa que albergan los espacios interproximales.

Cepillos dentales: importante saber qué tipo de cepillo aconsejar en cada caso. Hay cepillos monopenachos especialmente para la zona de los implantes.

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Cepillos interproximales: Para las caras interproximales de las piezas.

Pasta dentífrica: es importante aconsejar pastas que tengan un bajo nivel de RDA (abrasividad).

Colutorios: especialmente los ricos en CPC y provitamina B5. El triclosán, usado desde siempre, está siendo desaconsejado especialmente por la FDA debido a su característica bioacumulable y por ser un agente cancerígeno en altas concentraciones.

Irrigadores: por excelencia, la herramienta más útil para eliminar los depósitos que se acumulan por debajo de las prótesis.

Curetas: de plástico, teflón o incluso titanio, para respetar siempre la superficie del implante.

Ultrasonidos: está en alza el uso de materiales cerámicos como el PEEK para las puntas.

Debemos crear en nuestra agenda de trabajo, citas de “mantenimiento de implantes”, donde de una forma pautada y organizada, realizaremos cada paso y cada prueba para el control de esos implantes y garantizar así el éxito. Dependiendo de los resultados obtenidos, estableceremos la periodicidad de las visitas, para una nueva revisión o los protocolos de actuación. Una buena forma de garantizarlo, es establecer un esquema de toma de decisiones, que permita situarnos en un punto del esquema según el estado del paciente y nos permita orientarnos sobre qué pasos seguir a continuación.